Artes, estilo y sensei

La vida se rige por un orden lógico y las artes marciales no escapan de eso, somos conscientes de que la existencia de un sensei es justificada por ser el primero que comenzó el camino o la formación de sus discípulos. No está mediada en este caso por la edad de la persona, ni por la fecha en que inició sus prácticas; lo primero se basa en las bondades de las artes marciales, (que permiten la incorporación al mismo a cualquier edad) y lo segundo se debe a que muchas personas han sido intermitentes en sus asistencias al aprendizaje.

Teniendo en cuenta todo eso podemos asumir que lo que determina el liderazgo o madurez en un sistema es el grado que logres alcanzar en él, y cabe resaltar que en este caso nada tiene que ver con otros sistemas o formas marciales de prácticas, aquí aplica el viejo refrán «zapatero a su zapato».

Sabemos que una sola persona no puede tener conocimientos profundos en todas las ramas de la ciencia, así mismo no podemos pretender que alguien sea maestro en todas las artes, cada una en sí es una forma de vida, que tiene filosofía, lenguaje e interpretaciones diferentes; como un pintor le da sentido a un imagen, las artes marciales son el fruto de la creación de alguien; logrado por el cumulo de horas de  práctica, estudio  e intercambio, aprendiendo de todo y todos los que lo rodean.

Un maestro se mide por la cantidad de alumnos que haya sido capaz de instruir y llevar hasta un nivel de enseñanza que les sea posible seguir promoviendo su arte. Cabe señalar que cada maestro tiene una forma distinta y creativa de desarrollarlo, lo que ha hecho posible la aparición de los diferentes estilos o formas de hacer un arte específico.

Las artes en sí pueden interactuar y compartir los mismos escenarios y espacios de práctica, al igual que los artistas marciales; sin embargo esto no debe significar que ningún arte o maestro pueda sentirse superior o más capaz que otro. No todas las artes marciales se rigen por el Budo japonés porque no todas nacieron en Japón. Además, en el mundo moderno no podemos pretender vivir alejados de las raíces patrias, lo que no significa que se irrespete ningún arte. Lo que no debe escapar de nuestros principios es el respeto, reconociendo que somos parte de diferentes culturas y que el Shogunato desapareció hasta en el propio Japón en el año 1868, conocer y mantener vivas las tradiciones y culturas ancestrales  es  diferente a pretender vivir de esa forma.